Tagger es un gatito común europeo que tiene entre 5 y 6 años. Lo adoptaron y les llegó ya con problemas, era inmunodeficiente y desde siempre ha tenido muchos problemas para defecar. Por no haber podido resolver este grave problema, en el 2020 tuvieron que operarle de megacolon tras muchas obstrucciones por heces que ponían en peligro su vida. 

(Cuando un animal no defeca a diario, pero sí come a diario, las heces se van quedando acumuladas en su intestino grueso dándolo de sí. Una vez la musculatura del intestino se ha estirado, se queda muy fina y ya no tiene la fuerza para moverse y empujar las heces hacia el exterior. Pierde su capacidad de empuje y movimiento. Esto hace que cada vez se acumulen más heces porque no puede apretar y empujarlas hacia fuera. Además las heces ocuparán todo el gran intestino, haciéndose muy gordas y no podrán salir por el ano que es mucho más estrecho, sacar eso es como un parto.

 

Es muy grave y el animal puede morir si pasan demasiados días sin defecar. Comienza a vomitar, dejar de comer y su estado de ánimo decaerá hasta morir).   .

Tras la cirugía estuvo bien una temporada pero luego volvió a tener los mismos problemas.Sobre todo empeoraba cada vez que le intentaban cambiar la alimentación de un gastrointestinal a un pienso más natural, se descompensaba y llegaron a tener que ir casi prácticamente todas las semanas al veterinario para que le anestesiaran y le vaciasen las cacas del intestino.

Finalmente, el 21 de agosto de 2024 lo sacó del veterinario donde de nuevo estuvo ingresado ya que la única opción que le ofrecían era volver a operar, y lo trajo a nuestra consulta de terapias naturales como última alternativa antes de volver a pasar por quirófano. A estas alturas los ingresos en el hospital eran cada 3 o 4 días. La situación se había vuelto insostenible para Tagger. Y ya llevaba demasiados años así.

La nueva cirugía que le proponían era empalmar el intestino delgado con el intestino grueso quitando gran parte del intestino grueso, lo que dificultaría la reabsorción de sustancias y no le aseguraban en absoluto la resolución del problema. O quizás pasaría de estreñimiento a diarreas.

En cuanto llegó a nuestra consulta, comenzamos con sesiones de terapia craneosacral, le propusimos subir el sistema inmune, utilizar enemas con parafina para ayudar a desprender las heces, un multivitamínico y evidentemente un cambio de alimentación a una alimentación casera y con más fibra.

La respuesta de Tagger fue inmediata, y de dos ingresos hospitalarios semanales y ver cientos de radiografías durante años con el colon lleno de heces, por fin Tagger logra hace caca con frecuencia, sin dificultad, ha recuperado la alegría, come bien, se le ve fuerte y sin molestias, las Rx no muestran heces ya que las evacúa con regularidad, lo cual nos hace muy felices ya que arrastraba su problema hacía años. 

Todo esto lo hemos conseguido en dos meses y medio.

 

Seguimos con la terapia cranesosacral de mantenimiento y con los suplementos según va necesitando. Nuestro objetivo es que siga defecando con regularidad y ver si con el tiempo el intestino puede recuperar algo más de fuerza y no estar tan dilatado. Y que la inmunodeficiencia siga apacible, sin sintomatología.

En estos meses sólo precisó un vaciado más de heces, y fue al intentar bajarle la frecuencia de los enemas de parafina (que se los ponemos cada tres días como mantenimiento). 

La nueva comida casera le está sentando bien, y por fin sus cacas se han ido haciendo más jugosas y finas, por lo que pueden expulsarse más fácilmente.

Nos alegra mucho poder ayudar a Tagger y ver cómo les ha cambiado la vida a toda su familia, ya que vivían preocupados cada día buscando cacas que no llegaban y saliendo hacia el hospital con demasiada frecuencia para el pobre Tagger y la economía familiar.